¡Con COVID y sin foto! Jardín de Niños Esperanza Cabrera bajo sospecha por brote y desinformación

Padres de familia del Jardín de Niños Esperanza Cabrera, en pleno centro de San Juan del Río, están que truenan de coraje. ¿La razón? La sospecha de un brote de COVID-19 en el plantel que ha sido manejado con más secretos que novela de suspenso… y con cero responsabilidad.

Todo comenzó cuando la maestra del grupo de uno de los pequeños dejó de presentarse a clases, pero sin dar explicación clara. Primero dijeron que era “un catarro fuerte”, luego que “reposo”, y al final, la clásica: “está delicada de salud”. Lo que no dijeron es que muchos padres ya llevaban días sin mandar a sus hijos por síntomas similares y que los pediatras ya confirmaron: se trata de una variante fuerte de COVID que anda suelta por los salones.

Pero ahí no para el drama. Resulta que el martes, de los 25 niños de un grupo, apenas llegaron 7. ¿Y qué hizo la dirección? ¿Emitió un comunicado preventivo? ¿Llamó a las autoridades sanitarias? ¿Suspendió clases? ¡No! Cancelaron la toma de la foto grupal. Pero luego, la directora salió con cara de “a mí no me dijeron nada” para negarle el acceso.

“Se hacen las que no saben nada, pero claro que saben. Si hasta dos salones ya están cerrados por enfermedad”, dijeron padres molestos, quienes también cuestionaron por qué se permite el ingreso de niños con síntomas evidentes sin que las maestras o el personal actúen. ¿Y la guardia sanitaria? Bien, gracias.

Ante la presión, finalmente se pegó un comunicado donde se pide a los papás no llevar niños con escurrimiento, tos o fiebre, y se impuso el uso obligatorio de cubrebocas KN95 desde este jueves. Además, se exige llevar diagnóstico médico si algún menor falta por enfermedad. ¿Medidas preventivas? Sí, pero con retraso y a regañadientes.

“Uno se entera por las demás mamás, no por la escuela. Y si tú no preguntas, nadie te dice nada. Pero eso sí, si tu hijo anda moqueando, ahí sí te ponen cara de ‘uy no puede entrar’… aunque las maestras también anden enfermas”, acusó una madre visiblemente molesta.

La comunidad exige transparencia, responsabilidad y que dejen de tratar a los padres “como si no se dieran cuenta”. Porque si algo quedó claro esta semana, es que los virus no avisan… pero los chismes escolares vuelan, y esta vez, con justa razón.