Entre trenes, curvas y obras: San Juan del Río se sacude el polvo urbano
Con la llegada del tan prometido Tren México–Querétaro, en San Juan del Río ya se huele el cambio… o al menos ya se están moviendo papeles. Edith Álvarez Flores, titular de la Secretaría de Obras y Desarrollo Urbano, anunció que se está afinando el lápiz para actualizar el Programa Municipal de Desarrollo Urbano, porque —dijo— “ahora sí, nos viene el tren”.
Y no es metáfora: el gobierno federal ya advirtió que el tren llega con todo, y por ello, la administración local corre para ajustar zonificaciones, densidades y usos de suelo. ¿El motivo? Ir “de la mano” con la federación, aunque a veces parezca que la federación ni avisa por dónde viene.
Álvarez Flores explicó que estos ejercicios buscan sumar a colegios de profesionistas, ciudadanía y organismos diversos, para imaginar juntos hacia dónde va a crecer la ciudad… aunque el trazado exacto del tren todavía está en el aire. Literal.
“Todavía no nos dicen si la estación va en la curva o en la recta de Tecnológico. Allá entre proyectistas y el Ejército se lo están peleando, porque según la ingeniería, una curva no siempre es buena idea para frenar un tren”, dijo con tono entre técnico y resignado.
Y mientras unos calculan velocidades y otros hacen dibujos, en el municipio ya vieron pasar topógrafos por Casablanca y Pedro Escobedo, pero de los planos definitivos, nada se sabe. Incluso, se da por descartada la vieja estación del tren. “Lo que yo tengo entendido es que no se va a usar”, soltó la funcionaria, sin más detalles.
Eso sí, lo que sí está aterrizando —y con fecha— es la rehabilitación de la Avenida Central: serán 2.2 kilómetros de obra (ida y vuelta), desde las vías del tren cerca de Kimberly-Clark hasta Río Moctezuma. La licitación ya está en puerta y el fallo se espera para la primera semana de julio. Siete días después, ¡a romper pavimento!
¿Y si se atraviesa la feria? “Pues ni modo, se hace el ajuste, pero que no se diga que no cumplimos con la obra pública”, señaló Álvarez Flores, consciente de que entre tacos, juegos mecánicos y caballos, cualquier desvío puede causar más de un berrinche ciudadano.
Así, entre curvas inciertas, licitaciones en marcha y trenes que “sí vienen, ahora sí”, San Juan del Río se prepara para una nueva etapa urbana, aunque aún no se sabe si será con silbato, campanazo… o bocinazo.
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