¡Lluéveme esta! San Juan del Río recibe con gusto la lluvia… y con escoba en mano
En plena temporada de lluvias, San Juan del Río no solo ha evitado el clásico drama de casas anegadas y comercios convertidos en acuarios. También se ha dado el lujo de presumir que el agua corre por donde debe, y no por los pasillos de la sala. ¿La fórmula mágica? Un poco de inversión, mucha escoba y una ciudadanía que ya no tira basura como deporte extremo.
Así lo dejó ver el presidente municipal Roberto Cabrera Valencia, quien, sin rodeos, dijo que las lluvias son “una bendición de Dios” para un municipio agrícola como el suyo. Aunque no todo es miel sobre hojuelas: “Lo que más me va a dar tarea por lo pronto es el bacheo”, soltó, como quien sabe que se le viene encima una avalancha de reportes ciudadanos con cráteres dignos de la NASA.
Pero algo hay que reconocerle: el alcalde no se cuelga la medalla solo. Asegura que el trabajo comenzó desde febrero, con semanas de limpieza de drenes, coladeras, pozos y torrenteras. “Cuando voy a supervisar, ya solo encuentro tierra y piedra… nada de botellas, bolsas o colchones”, dice con tono de alivio, agradeciendo a la familia sanjuanense por su nueva cultura de limpieza.
¿Y el dinero? Cabrera Valencia no se anda con cuentos: hay 18 millones de pesos etiquetados para asfaltos durante el año. Eso sí, advierte que no va a despilfarrar en parches que se los lleve la primera tormenta. Por ejemplo, en avenida Universidad no habrá maquillaje: ahí se invertirán 17 millones más solo para un drenaje pluvial profundo. “Si pongo asfalto rápido lo solucionamos, pero con las lluvias se lo va a volver a llevar”, confesó, como quien no quiere volver a tapar el mismo hoyo tres veces.
El mensaje final del alcalde fue claro y sin moño: habrá baches, habrá obras, y sí, habrá molestias. Pero si seguimos trabajando en equipo —gobierno con palas y ciudadanos sin basura en la mano—, la temporada de lluvias no tiene por qué convertirse en tragedia.
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