El lirio acuático se adueña de la presa en San Juan del Río… y deja a los pescadores con las redes vacías
A los pescadores de la comunidad de La Estancia no les falta el anzuelo ni las ganas de trabajar, pero lo que sí escasea últimamente es el pescado. ¿La razón? Una invasión verde con nombre y apellido: lirio acuático. Y no es cualquier presencia, es una auténtica alfombra vegetal que ha convertido la presa Constitución de 1917 en un pantano decorativo… y desesperante.
Gelasio Jaime Bautista, representante de la Sociedad Cooperativa de Pesca de San Juan del Río, levantó la voz –y no precisamente para cantar corridos– al señalar que esta planta ya no solo es un problema estético, sino un verdadero dolor de cabeza para quienes viven de la pesca. Según sus cuentas (y no las del banco), las capturas han bajado más de un 60 por ciento.
“La pesca ha bajado bastante, de un 100 por ciento, yo creo que ha disminuido a un 40 por ciento, si no es que menos, porque no nos permite pescar”, lamentó entre redes rotas y barcas varadas.
Y es que, además de dejar a los peces bien escondidos bajo la maleza, el lirio se da el lujo de romper redes, atorar motores y descomponer embarcaciones. Ya van al menos cuatro lanchas que quedaron fuera de servicio, algunas para pescar y otras para pasear turistas en el famoso “Acapulquito”. Repararlas no es cualquier cosa: entre 4 mil y 5 mil pesos por lancha, un lujo que no se paga con escamas.
Por si fuera poco, la planta tragona también se lleva su buena parte del agua de la presa, lo que ya comienza a notarse en los niveles del embalse. Y aunque la comunidad ha intentado quitarla a punta de palas y buena voluntad, el lirio se ríe y sigue creciendo.
“Nos hemos acercado con varias dependencias. Hemos ido a Conagua. Sí nos han recibido, pero no han hecho nada”, reclamó Jaime Bautista, con la esperanza de que esta vez, alguna autoridad deje la burocracia y meta las manos al agua.
Mientras tanto, los pescadores siguen esperando –con paciencia de anzuelo y esperanza de marea– que llegue el apoyo institucional. Porque, como van las cosas, en vez de filete, lo que podrían acabar sirviendo es sopa de lirio.











