“Que no nos agarre el agua mal parados”: le meten mano a drenes y rejillas en San Juan del Río

En San Juan del Río ya comenzaron las lluvias, y como aquí no hay de otra más que estar listos, las autoridades municipales se pusieron las botas —literal y figuradamente— para evitar que el agua haga de las suyas.

El presidente municipal, Roberto Cabrera Valencia, y el secretario de Servicios Públicos Municipales, Ernesto Mora Rico, se lanzaron a la colonia Infonavit San Isidro para supervisar que las cuadrillas estuvieran haciendo bien la chamba. Y vaya que sí: deshierbe, poda, mantenimiento de rejillas, alumbrado, soldadura, barrido fino, pintura… hasta el papeleo sudó.

“Vamos por buen camino”, dijo Cabrera. “San Juan es nuestra Casa Grande, y como en cualquier casa, si está limpia por dentro, también tiene que estarlo por fuera. Ahora el reto son las lluvias, y no nos pueden agarrar desprevenidos”.

Y es que no es cualquier charquito el que se forma si no se hace limpieza a tiempo. Por eso, después de cada lluvia, los trabajadores de Servicios Públicos se lanzan a quitar basura, piedras y lodo de las rejillas, para que el agua corra libre como pensamiento en domingo por la tarde.

En los pasos vehiculares del Río San Juan también se pusieron rudos: ahí retiraron ramas, troncos, hojas y todo lo que pudiera hacer tapón. Solo en la zona del Paseo de los Abuelos salieron unas cuatro toneladas de “naturaleza traviesa” mezclada con basura. Todo eso, si se deja, se convierte en encharcamiento, y de ahí al susto hay un solo paso.

“Esto no se trata solo de imagen urbana bonita, sino de prevenir broncas. Es trabajo que muchas veces no se ve, pero cuando no se hace, se nota… y se inunda”, soltó Ernesto Mora, directo y al grano.

Así que ya lo sabe, vecino: el municipio pone el músculo, pero todos podemos poner de nuestra parte. Nada de tirar basura en la calle o dejar muebles viejos en las esquinas. Las lluvias ya están aquí y no perdonan.

Porque en San Juan del Río, más vale prevenir que lamentar… y sí, también vale echarle una manita al drenaje, aunque no huela bonito.