¡Se acabó la fiesta! San Juan del Río destruye 650 litros de alcohol de ventas clandestinas

La música bajó de volumen, las hieleras se vaciaron y más de 650 litros de bebidas alcohólicas terminaron en el basurero, todo gracias a los recientes operativos contra la venta clandestina en San Juan del Río.

Así lo dio a conocer el secretario de Gobierno Municipal, Abel Espinoza Suárez, quien detalló que los decomisos fueron posibles gracias a las denuncias ciudadanas y a los recorridos de inspectores municipales que, con ojo clínico, detectaron varios puntos de venta irregular en colonias y comunidades del municipio.

“Nos encontramos con venta de alcohol en domicilios particulares, tiendas de abarrotes y más. Eso sí, no podemos entrar a casas así nada más, pero cuando nos confirman que sí hay venta, actuamos como marca la Ley de Alcoholes del Estado y el reglamento municipal”, explicó.

Los decomisos más recientes ocurrieron en colonias como La Estancia, La Llave, Santa Cruz Escandón y hasta en plena avenida Universidad. Tras levantar las actas correspondientes, el alcohol fue destruido, ya que en la mayoría de los casos los propietarios prefirieron no pagar las multas y dejaron que su mercancía se fuera, literalmente, por el caño.

¿Y cuánto cuesta la fiesta clandestina? Las multas van de 300 a 350 UMAs, es decir, poco más de 37 mil pesos en su máximo castigo. “Quien reincida podría perder definitivamente su licencia”, advirtió el secretario.

Pero eso no es todo. San Juan del Río está analizando sumarse a la tendencia tecnológica con la adopción de la plataforma “Cierra App”, utilizada en la capital queretana para controlar los horarios de cierre de antros y bares.

“Es una idea buenísima. Ya la platicamos con empresarios y líderes del sector. El chiste es que todos respeten el horario de cierre —a las 2 de la mañana— y que la ciudadanía esté segura”, dijo Espinoza Suárez.

Por ahora, los bares formales se han portado bien. No ha habido reincidentes, pero el municipio se mantiene alerta. Porque en San Juan del Río, cuando se trata de la venta de alcohol, el que no tranza… no baila.