¡A brillar la parroquia! San Juan Bautista se alista para su «manita de gato» histórica

Después de años de capear lluvias, sol y olvido, la parroquia de San Juan Bautista —esa joya que recibe a propios y extraños en la calle de Hidalgo— se prepara para una buena restaurada. Y no es cuento: cubiertas, cantera, pretiles y hasta los portones tendrán su merecido retoque, confirmó Edith Álvarez Flores, secretaria de Obras Públicas y Desarrollo Urbano.

“Ya estamos listos para arrancar. Nos autorizaron los trabajos y el recurso ya está en camino. Vamos por la primera etapa para que el templo luzca como se merece”, soltó la funcionaria en charla con los medios.

El plan es ambicioso: retirar chaflanes, limpiar cantera, inyectar grietas, restaurar portones y aplicar pintura de primera, entre otras tareas que devolverán el esplendor a este emblema de la ciudad. El proceso, eso sí, no es de la noche a la mañana: entre trámites y permisos, se espera que las obras arranquen oficialmente en septiembre.

La inversión será bipartita, con recursos de la federación y del municipio. “No puedo soltar la cifra todavía —porque estamos en concurso—, pero es un monto importante que permitirá atender las necesidades más urgentes de la parroquia”, adelantó Álvarez Flores.

El proyecto forma parte de una estrategia que el gobierno municipal ha venido impulsando desde hace cuatro años bajo la batuta de Roberto Cabrera. En este tiempo se han restaurado espacios clave como el Centro Histórico y Cultural, el Beaterio, el Museo de la Santa Veracruz y El Calvarito. Ahora, es el turno de la parroquia que, dicho sea de paso, no recibía cariño a fondo desde hace ya varios ayeres.

“Cada granito de arena suma. Y con el plan de manejo que tenemos trazado, queremos que San Juan del Río llegue a su 500 aniversario luciendo de lo mejor”, expresó la secretaria.

Por ahora, el santuario de Nuestra Señora de Guadalupe quedó pendiente en la lista de recursos, pero la gestión sigue firme. Mientras tanto, los sanjuanenses ya pueden ir preparándose para ver —y presumir— una parroquia que, con un buen baño y su manita de gato, volverá a ser la estrella del centro histórico.