En San Juan del Río todo fue paz… hasta que no lo fue

El Secretario de Seguridad Pública Municipal, Orlando Chávez Landaverde, aseguró que durante el operativo de Semana Santa en San Juan del Río todo fue miel sobre hojuelas. Según su reporte, en comunidades, colonias y lugares de viacrucis reinó una paz tan absoluta que casi parecía escenario de postal religiosa.

Chávez Landaverdez, visiblemente complacido, destacó que la primera semana de vacaciones las familias paseaban entre iglesias como si el tiempo no existiera y la inseguridad fuera solo un mal sueño. Sin embargo, en la segunda semana, la realidad decidió regresar de vacaciones también: reportes al 911, detenciones por posesión de droga, robos con violencia y, para no perder la costumbre, la captura de colombianos que practicaban el ya conocido “gota a gota”. Afortunadamente, dijo, la policía reaccionó con velocidad, porque si no, los resultados serían otros.

Sobre el robo a una tienda en marzo en una plaza comercial, el Secretario dejó claro que sí fueron… pero que, básicamente, no les dijeron nada útil. El suceso ocurrió cuando la plaza estaba cerrando, y ahora todo depende de la Fiscalía, que –como siempre– promete muy buenos resultados «en su momento».

Respecto a otro de los eternos problemas urbanos, Orlando Chávez comentó que los indigentes y bebedores habituales que se instalan a orillas de ríos y avenidas no son solo un problema de imagen urbana, sino también de escándalos mañaneros y uso creativo del espacio público. “No les puedo decir cuántos retiramos”, dijo, “porque varía, como la lotería: a veces 10, a veces 15, dependiendo del ánimo”.

Y como San Juan del Río nunca duerme, también continúa la noble cruzada contra las motocicletas mal estacionadas y los ciudadanos que creen que los lugares públicos se apartan con botes, sillas o láminas oxidadas. «Nosotros seguiremos quitando todo eso, aunque a veces parezca pelea contra molinos de viento», ironizó el funcionario.

Finalmente, adelantó que están trabajando en la modernización del reglamento de tránsito para considerar esos vehículos «nuevos» que circulan en la total irregularidad, porque –seamos sinceros– las calles de San Juan del Río parecen más una feria motorizada que una ciudad ordenada.