Amor en la oficina: el deporte extremo de los trabajadores mexicanos
Porque el tráfico no es suficiente estrés, seis de cada diez mexicanos han decidido convertir su oficina en un campo de batalla romántico, según datos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). Sí, el 60% de los trabajadores admite haber tenido o tener una relación sentimental con un compañero de trabajo. ¿Estrategia de networking o simple masoquismo? Aún no está claro.
La psicóloga Claudia Rodríguez, especialista en relaciones interpersonales, advierte que estas relaciones pueden ser una bendición o una pesadilla. «Por un lado, compartir el mismo espacio laboral fortalece el vínculo emocional, ya que ambos entienden las presiones del trabajo. Pero también existe el riesgo de que los conflictos personales terminen afectando la dinámica del equipo», explica. O sea, pasar de «mi amor» a «mi archienemigo» en la misma jornada laboral es más común de lo que se piensa.
Según estudios de la UNAM, el 40% de los empleados en relaciones laborales reporta dificultades para separar el drama personal de las responsabilidades del trabajo. ¿Y qué significa esto? Más chismes en la hora del café, favoritismos sospechosos y ese incómodo ambiente cuando el romance se convierte en guerra fría.
De acuerdo con el INEGI, el 35% de los trabajadores mexicanos ha vivido conflictos laborales derivados de estas relaciones. Entre los mayores problemas: favoritismos (cuando el amor supera al mérito), celos (cuando un «buenos días» a otro compañero es considerado traición) y falta de profesionalismo (cuando la junta termina en discusión de pareja).
El IMSS, que todo lo ve, reporta que el 20% de las bajas por estrés laboral están relacionadas con conflictos interpersonales, incluyendo los amorosos. Porque al parecer, lidiar con el jefe no es suficiente problema, también hay que sobrellevar rupturas sentimentales en el mismo espacio de trabajo.
¿Y la Ley qué dice?
La Ley Federal del Trabajo no prohíbe las relaciones entre compañeros, porque al parecer, regular el amor es demasiado incluso para el gobierno. Sin embargo, sí establece que los trabajadores tienen derecho a un ambiente laboral libre de conflictos. Además, el artículo 47 permite el despido si la relación sentimental se convierte en una telenovela que afecta la productividad o la disciplina de la empresa.
¿Y entonces qué hacemos?
Karen Romero, directora de operaciones en Essentia Advisory SC, sugiere que las empresas implementen políticas claras sobre relaciones interpersonales. «Es fundamental fomentar la transparencia y el profesionalismo, sin invadir la privacidad de los empleados», comenta. Básicamente, que cada quien haga lo que quiera, pero sin afectar a los demás.
Por su parte, la psicóloga Rodríguez recomienda a los enamorados de oficina establecer límites claros. «Es crucial mantener la comunicación abierta y no involucrar a terceros en los dramas amorosos», sugiere. Es decir, si la relación se derrumba, al menos que no colapse con la nómina.
Así que ya lo sabe, querido trabajador enamorado: si va a mezclar amor y oficina, prepárese para una experiencia de alto riesgo. Y recuerde, el amor puede ser una fuente de apoyo emocional… o un boleto directo a la oficina de recursos humanos.
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