«¿Drogadicción y alcoholismo en San Juan del Río y Pedro Escobedo? ¡Una tendencia de moda entre menores!»
En las pintorescas comunidades de San Juan del Río y Pedro Escobedo, la gente ha decidido tomarse en serio eso de mantenerse «ocupados». No es suficiente con los problemas diarios, ahora las familias tienen algo más emocionante de qué preocuparse: la creciente tendencia de adolescentes y niños que deciden «experimentar» con drogas y alcohol. Porque, ¿qué mejor manera de pasar la adolescencia que con un cóctel de metanfetaminas y alcohol barato? Al parecer, la idea de una niñez sana ya no está de moda.
Ivonne Rangel Salazar, directora del Centro de Estudios y Formación Integral para la Mujer (Cefim), afirma que los problemas de drogadicción y alcoholismo se han convertido en el pasatiempo en las localidades que visita. Porque claro, ya no es suficiente con el bullying, la violencia familiar y el acoso escolar, ahora hay que añadir enfermedades mentales y abusos sexuales al combo.
Rangel Salazar nos cuenta, con un tono de preocupación , que las madres de familia están realmente «conmocionadas» por los efectos devastadores que estas adicciones están teniendo en sus hijos. Como si no fuera evidente que mezclar drogas y una crisis de valores familiares es una receta garantizada para el desastre.
Ah, pero espera, ¡hay más! En San Clemente, los menores ya no se conforman con jugar a los videojuegos o salir en bicicleta. ¡No, señor! Ahora es mucho más entretenido empezar a consumir cristal y marihuana a los 12 años. Nada como una buena dosis de drogas duras para hacer de la adolescencia una verdadera aventura. Los vecinos, esos eternos observadores, aseguran que los robos a casas han aumentado. Y claro, no hay que ser genio para adivinar por qué: la adicción es cara.
Pero no todo está perdido, o al menos eso nos quieren hacer creer. Las familias, desesperadas pero aún optimistas, han solicitado a Cefim que implemente programas de prevención. Porque sí, ahora les toca a los padres aprender cómo evitar que sus hijos se conviertan en los futuros protagonistas de una historia de terror local.
Al final, la directora de Cefim, pide a gritos acciones coordinadas. Porque claro, nada como esperar a que el problema esté bien instalado para luego intentar solucionarlo entre todos, autoridades, organizaciones y familias.
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