Municipio al Rescate de la Parroquia de Santo Domingo Mientras el Seguro Sigue en la Luna
Como era de esperarse, la burocracia ha hecho de las suyas y el pago del seguro para restaurar los daños en la Parroquia de Santo Domingo sigue en el limbo. Pero, en un acto casi heroico, el municipio ha decidido tomar cartas en el asunto y meter la mano a su propia bolsa para reparar el histórico inmueble.
La titular de Obras Públicas Municipales, Edith Álvarez Flores, explicó que, aunque en un mundo ideal el seguro debería hacerse cargo de los costos, la incertidumbre ha forzado al municipio a actuar. “Nos coordinamos con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) para poder ingresar al inmueble y realizar las reparaciones necesarias”, señaló Álvarez Flores, dejando en claro que la espera por la aseguradora podría haber durado hasta el fin de los tiempos.
La restauración incluye la rehabilitación de la puerta principal, impermeabilización, pintura y limpieza de cantera, todo por la módica cantidad de 600 mil pesos, de los cuales 300 mil se destinarán a fabricar una nueva hoja de madera de encino, con la bendición del INAH.
Los trabajos, según cálculos optimistas, podrían concluir en tres semanas. “Vamos de la mano con el INAH, quienes han supervisado cada etapa del proceso para garantizar que se respete la integridad histórica del inmueble”, comentó Álvarez Flores.
Por su parte, Francisco Pájaro Anaya, presidente del Patronato del Centro Histórico de San Juan del Río, también quiso aportar su granito de arena al entusiasmo restaurador y aseguró que “se está siguiendo al pie de la letra” lo que dice el INAH. La hoja más dañada será reemplazada por completo, mientras que la otra recibirá un cariñoso tratamiento de restauración.
El templo, consagrado en 1734, cuenta con portones del siglo XVIII o XIX, lo que solo agrega dramatismo al daño sufrido. “El incendio de la puerta fue un golpe duro, pero con esta intervención aseguramos que el inmueble conserve su valor histórico”, añadió Pájaro Anaya, quien probablemente sigue esperando el llamado del seguro que nunca llega.
Por si fuera poco, la restauración no se detiene en la puerta. También se reforzó la balaustrada y se instalaron entradas de metal para regular el acceso al atrio, porque nunca está de más un poco de control en tiempos inciertos. Al menos alguien está haciendo algo mientras el seguro sigue contando estrellas.
Debe estar conectado para enviar un comentario.