Con millones en equipo y cero tolerancia al desorden, el Tecnológico de San Juan del Río se pone las pilas

Mientras algunos planteles apenas buscan cómo equiparse, el Instituto Tecnológico de San Juan del Río ya presume no solo sus nuevos juguetes de alta tecnología, sino también su fórmula para mantener a raya los vicios entre su comunidad estudiantil. Y todo, con una inversión millonaria que no cualquiera.

Rubén Espinoza Castro, director del Instituto, detalló que en 2024 se logró una inyección de 8.6 millones de pesos provenientes del Fondo de Aportaciones Múltiples. ¿El resultado? Cinco equipos de primer nivel que ya están funcionando, entre ellos una inyectora de plástico con tecnología de Industria 4.0 y una cámara que revela en cuánto tiempo se degrada un material. Ciencia pura con sabor a futuro.

Pero eso no es todo. Este 2025 les cayó otro recurso de 2.6 millones de pesos, con el que planean seguir afinando laboratorios de electrónica y electromecánica. Todo el recurso, aunque federal, es administrado por el Estado, “pieza clave” para que estos apoyos no se queden en el limbo, apuntó el directivo.

En cuanto a la demanda, el Tecnológico no se queda atrás: ya hay más de 550 aspirantes en lista y el proceso de admisión sigue abierto hasta mediados de junio. Quien no alcance lugar en esta vuelta, podrá intentarlo en julio. Eso sí, nuevas carreras no habrá —por ahora—, pero sí especialidades de alto impacto como inteligencia artificial y ciencia de datos. Porque, claro, hay que hablar el idioma del futuro.

¿Y las adicciones? También están bajo control. Aunque como en cualquier institución hay casos esporádicos —principalmente de alcohol y algo de otras sustancias—, la dirección asegura que el asunto está bien atendido gracias al área de psicología, enfermería y las alianzas con el Instituto de la Juventud. «Aquí el desorden se detecta y se canaliza», aseguró el director.

Actualmente, la matrícula es de 2 mil 203 estudiantes, una ligera baja por los egresos, pero se prevé alcanzar los 2 mil 450 en el próximo semestre. La deserción se mantiene entre el 5 y 7 por ciento, por causas diversas, aunque la economía y la reprobación siguen siendo los clásicos villanos.

“La física, la química y las matemáticas les sacan canas a varios, pero para eso tenemos asesorías y concursos, para que le agarren cariño a las ciencias”, bromeó Espinoza Castro.

Y para quienes sueñan con algo más allá del salón, el Tecnológico no descarta otra travesía internacional. Aunque no hay plan inmediato para repetir el viaje a la NASA, están cocinando una visita a Chile, con paradas potenciales en gigantes como Google y Facebook. Si se concreta, unos 15 estudiantes serán los afortunados viajeros.

Así, entre millones, módulos de IA y jóvenes que se la rifan con fórmulas y circuitos, el Tecnológico de San Juan del Río demuestra que sí se puede crecer… sin perder el rumbo (ni el buen humor).