Después de 25 años de espera, colonias de San Juan por fin verán su papelito hablar

En San Juan del Río, aquello de que “más vale tarde que nunca” aplica literalmente: colonias que llevaban más de dos décadas esperando regularizar sus terrenos por fin están viendo luz al final del túnel. El municipio anunció que una nueva fase del programa de regularización fue enviada al Cabildo para su aprobación, con todos los trámites listos y bendecidos por los procedimientos que, dicho sea de paso, no son cosa rápida.

El funcionario a cargo explicó que el municipio no cobra un peso extra por la gestión; los costos que asumen las familias corresponden a los trabajos técnicos, el avalúo, la notaría y los pagos en el Registro Público de la Propiedad. En total, el proceso ronda los 18 mil 500 pesos por vivienda, lo justo —según dicen— para que el sueño del “patrimonio propio” deje de ser promesa sexenal.

Actualmente hay 50 colonias haciendo fila en este proceso, cumpliendo con los requisitos de ley: tener al menos dos servicios y calles reconocidas. En esta etapa se suman 19 nuevas vialidades, que, junto con las 17 ya regularizadas, hacen un total de 36 calles que, ahora sí, existen también en papel.

El próximo mes se prevé la entrega de 131 escrituras, principalmente en predios ejidales donde vecinos, con años de esfuerzo y una buena dosis de paciencia, construyeron sus casas sin respaldo legal. Entre los beneficiados figuran Manantiales, La Loma, Aquiles Serdán y Rancho, aunque el listado sigue creciendo.

“Nos vamos a dedicar de lleno a este tema; es de los más bonitos, porque llegamos a comunidades donde la gente construyó con sus manos y ahora tendrá la tranquilidad de que ese pedacito de tierra es suyo”, señaló el responsable del programa, visiblemente satisfecho de poder entregar certezas… aunque hayan tardado 25 años en llegar.

Durante el evento participaron representantes de la Notaría 16 de Querétaro, junto con miembros del Ayuntamiento y del Gabinete Municipal, quienes celebraron este avance en la regularización. Y aunque el trámite es largo, el resultado —dicen— vale cada firma y sello.