Guardia Nacional llega a San Juan: ahora sí, ¡cero pretextos!
El presidente municipal, Roberto Cabrera Valencia, no escondió la sonrisa al anunciar que la 161ª Compañía de la Guardia Nacional ya quedó instalada y formalmente inaugurada en San Juan del Río. Y no es para menos: el cuartel se levantó en un punto estratégico, justo a pie de la carretera 57, donde el tránsito, los delitos y las historias de “huachicol” corren parejo.
El edil recordó que hace algunos años le tocó, como diputado local, empujar el trámite legislativo para desincorporar y donar el predio. “Hoy cosechamos lo que se sembró”, presumió, mientras destacaba que la presencia de la Guardia Nacional es clave para reforzar las tareas de seguridad que se han cocinado durante cuatro años en la Mesa de Paz.
“Para nosotros es una bendición —diría yo— que San Juan tenga esta compañía. No solo nos cuidan, también mandan el mensaje de que aquí no hay espacio para el huachicol ni para los robos carreteros”, soltó Cabrera con tono entusiasta.
Adiós al “aquí no pasa nada”
La apuesta no es menor: la Guardia Nacional llega con el programa “Cero robos en la carretera 57”, instrucción directa desde Palacio Nacional para erradicar los asaltos y delitos violentos en una de las vialidades con peores historiales del país. Y de paso, también echarán ojo a la autopista a Puebla, que no se queda atrás en la lista negra.
El alcalde confía en que la compañía crezca con más elementos poco a poco, porque —recalcó— ya no se trata de una policía “a medias”, sino de una fuerza totalmente integrada a la Secretaría de la Defensa Nacional. “Hoy San Juan del Río juega en ligas mayores en materia de seguridad”, apuntó.
Seguridad a varias manos
Y porque el dicho “cada quien jala para su lado” aquí no aplica, Cabrera subrayó que los recorridos interinstitucionales con Ejército, Guardia Nacional y policías municipales seguirán activos, incluso con municipios vecinos como Tequisquiapan, Pedro Escobedo, Ezequiel Montes y Amealco, además de coordinaciones con comunidades cercanas de Hidalgo.
La moraleja es clara: en San Juan ya no se vale hacerse el distraído. Con la Guardia Nacional instalada, lo que sobra es vigilancia, patrullajes y coordinación. Ahora sí, el que quiera delinquir tendrá que pensarlo dos veces… o mejor tres.
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