La justicia ya tiene terreno en Ezequiel Montes: le pusieron casa al señor Derecho

El Gobierno Municipal de Ezequiel Montes decidió que la justicia no puede seguir rentando salones improvisados ni ocupando oficinas prestadas: ya tiene terreno propio. Más de 3,533 metros cuadrados fueron oficialmente donados al Poder Judicial del Estado de Querétaro, con la promesa de levantar ahí un Centro de Justicia que beneficiará a toda la región semidesértica y a la Sierra Gorda.

La jugada se aprobó en Cabildo el 21 de agosto, pero el acto solemne (y fotogénico) se llevó a cabo el 8 de septiembre, con autoridades estatales, municipales, universitarias y ciudadanos que llegaron a atestiguar cómo, ahora sí, la justicia tendrá “casa chica” en Ezequiel Montes.

El Presidente Municipal no perdió la oportunidad de vestirse de toga moral:

“Es un acto que honra el nombre de nuestro municipio y la memoria del gran jurista mexicano Ezequiel Montes. Que la justicia tenga casa aquí, donde llevamos con orgullo su legado, representa un paso histórico.”

Mientras tanto, el Magistrado Presidente, Braulio Guerra Urbiola, se encargó de darle el toque épico:

“Ezequiel Montes no solo es un nombre en el mapa; es la memoria viva de un gran jurista. Hoy damos un paso histórico: la justicia encuentra casa.”

Entre discursos solemnes, la donación se pintó como un símbolo de paz, legalidad y modernidad. Desde el Consejero de la Judicatura, Enrique López Castro, hasta el encargado de Seguridad Pública, Oswaldo Gómez, y la jueza Mónica Beatriz Chimal, todos coincidieron en que este proyecto es la mejor mudanza que la justicia podía tener en el municipio.

Lo cierto es que, más allá de la retórica, la construcción de este recinto judicial será el resultado de la coordinación entre el Poder Judicial, el municipio, la UAQ, abogados litigantes, coordinadores educativos y los propios ciudadanos. Un esfuerzo colectivo que, según dicen, no solo acercará la justicia, sino también la esperanza de que funcione.

Porque si algo quedó claro en Ezequiel Montes es que la justicia, al menos en papel, ya no anda de nómada: tiene predio, tiene planos y tiene padrinos. Ahora, la pregunta pícara es: ¿cuándo veremos que esa justicia se construya también en los hechos?