Kuri promete acción inmediata… y tinacos con paciencia
“Este gobierno no reacciona, este gobierno entra en acción”, soltó con firmeza el gobernador Mauricio Kuri González, mientras presentaba el paquete de medidas para que el agua no falte en los hogares queretanos pese al desfogue de la presa Zimapán. Y aunque las lluvias atípicas ya dejaron de ser noticia —porque ya son la nueva normalidad—, la promesa oficial es que el desorden no se convierta en diluvio.
Para ponerle número a la emergencia, el mandatario anunció que, además de los 30 millones de pesos ya redireccionados, se suman otros 50 milloncitos para atender a quienes perdieron hasta los calcetines con las inundaciones. Eso sí, entre frase y frase, recordó con nostalgia los noventa, cuando el tandeo era “lo de todos los días” y casi parte de la cultura queretana. ¿La advertencia implícita? Si no se hace algo, regresamos a la Querétaro retro del “agua por turnos”.
En el foro Contigo Informamos, el gobernador aprovechó para explicar que las lluvias recientes superaron en 20% lo registrado en 2021, por lo que, junto con el municipio capitalino, se viene un plan de obras en Peñuelas. Además, desde el sábado, presume, ha estado en comunicación con los alcaldes de San Juan del Río y Tequisquiapan, porque en estas crisis el WhatsApp se vuelve el verdadero Consejo de Seguridad.
Mientras tanto, el vocal ejecutivo de la Comisión Estatal de Aguas, Luis Alberto Vega Ricoy, bajó a tierra los números: la presa Zimapán busca alcanzar la cota de 1,557 msnm para poder cerrar compuertas, aunque —aceptó con sinceridad poco usual— “vamos lentos, no vamos tan rápido como quisiéramos”. La culpa, dijo, es de los ríos que siguen engordando la presa como si fueran bufet libre.
Eso sí, el plan de tandeo va viento en popa: el bordo de seguridad ya bajó 30%, los tanques de Anáhuac siguen llenos y, mientras tanto, las pipas recorren la ciudad como si fueran Uber de agua, pero gratis (y si alguien les quiere cobrar, a denunciar).
El delegado de la CONAGUA en Querétaro, Gregorio Cruz Martínez, también sacó pecho: aseguró que la instrucción de la presidenta Claudia Sheinbaum es clara: nada de politizar el agua, “el agua no tiene colores”. A la par, llegaron ya 10 pipas federales y, si hace falta, vendrán más de cualquier rincón del país.
Así que, entre discursos de acción inmediata, lluvias que ya no sorprenden y recuerdos de cuando el agua llegaba “por temporadas”, Querétaro se prepara para enfrentar un reto que, como dicen en la calle, está claro: “más vale llenar el tinaco hoy, que llorar mañana”.
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