San Juan del Río: crecimiento a todo vapor… pero ¿listos para el tren?

Alfredo Sahagún, presidente de Canacintra y vicepresidente regional Centro–Bajío, llegó al Encuentro Empresarial con la maleta llena de elogios para San Juan del Río, pero también con una advertencia bajo el brazo: crecer está bien, pero crecer sin orden puede ser un dolor de cabeza.

El dirigente no escatimó en flores para el evento, que calificó como un “B2B de lujo” que cada vez junta a más empresarios y autoridades regionales. “Cada edición es más grande, más integrada y más interesante”, comentó, casi como si hablara de una serie de Netflix que no se quiere perder.

El encanto sanjuanense

Para Sahagún, San Juan del Río sigue siendo un imán de inversiones. ¿La receta? Carretera 57 al norte, CDMX a tiro de piedra, mano de obra calificada y, claro, una pizca de seguridad que da confianza a los inversionistas. “Aquí hay gente valiosa y un ambiente que invita a crecer”, soltó con tono de convencimiento.

El tren de la discordia

El tema candente fue el famoso tren México–Querétaro. Sahagún lo ve como un detonante económico de proporciones mayores, pero advierte que también podría convertirse en un tren desbocado. “No es un riesgo negativo, pero sí un riesgo de crecimiento desbordado. Si no se planea bien, nos puede rebasar la llegada de gente y servicios”, señaló. Vamos, que la modernidad puede traer tanto negocio como caos si no se ponen las cartas sobre la mesa.

Más allá de San Juan

El empresario también repartió panorama: Querétaro sigue siendo tierra fértil para la inversión gracias a las giras del gobernador Mauricio Kuri, que anda cazando capital extranjero como quien busca tesoros. Municipios como Colón, El Marqués, Corregidora y Tequisquiapan ya viven su propia “fiebre del oro” industrial.

Eso sí, también reconoció tropiezos, como el cierre de Michelin. Nada de tragedias, aclaró: simplemente el modelo de llanta que se fabricaba ya no tenía mercado. “Se acabó el producto, no el potencial”, resumió.

Antes de cerrar, Sahagún dejó caer otra bomba: la Sierra Gorda podría ser el próximo gran polo de desarrollo. Si eso se cumple, habrá que preparar la región para recibir inversiones y empleos como nunca antes.