El Organal se empapa… y no de romanticismo: lluvias ponen en aprietos a productores de rosa

En la comunidad de El Organal, la lluvia no cayó como bendición sino como tormento. Más de 150 productores de rosa vieron cómo sus cultivos, orgullo y sustento de la zona, quedaron encharcados, plagados y con invernaderos “despeinados” por los vientos recientes.

La delegada de la comunidad, Marlenne González Aguillón, contó que los plásticos de unos 20 invernaderos salieron volando como si fueran papalotes, dejando a las plantas expuestas a plagas tan indeseables como la araña roja y la peronospora. “Son caras las reparaciones, pero ya controlamos las plagas y, con el clima más amable, las rosas empiezan a reponerse”, comentó con un suspiro de alivio.

Aunque la naturaleza les jugó una mala pasada, el panorama no es del todo gris. Hoy, 15 productores siguen exportando flores a ciudades como Monterrey, Guadalajara, Morelia y San Luis Potosí. Y lo hacen con etiqueta de marca registrada y código de barras, porque en El Organal la rosa no es cualquier capricho: es un producto fino que compite en los mejores mercados.

Eso sí, los floricultores no se quedan cruzados de brazos y ya gestionan apoyos ante el gobierno estatal para arreglar invernaderos, reponer plásticos y reforzar la asesoría técnica. Al final, saben que la economía de toda la comunidad florece —literalmente— gracias a este cultivo.

El Organal sigue siendo tierra de rosas, aunque este año hayan tenido que podar más de un problema. Y como dicen los productores: después de la tormenta, siempre llega el momento de volver a florecer.