Roberto Cabrera y el pacto para que el agua no se nos escape de las manos
El presidente municipal Roberto Cabrera Valencia puso la firma —y de paso el sello de compromiso— en un convenio de colaboración con la Junta de Agua Potable y Alcantarillado Municipal (JAPAM) y la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR) para arrancar el programa “Raíces del Agua”. La misión: que el agua no se convierta en leyenda urbana y siga llegando a los hogares sanjuanenses.
La alianza, que presume inversión histórica, restaurará más de 120 hectáreas en zonas de recarga del acuífero municipal, beneficiando a seis ejidos: Banthi, Cerro Gordo, Vaquerías, Santa Bárbara, La Cueva y Puerta de Palmillas.
En su discurso, Cabrera se puso poético: “Este convenio es un legado colectivo para garantizar el derecho al agua, no solo como recurso, sino como patrimonio de vida para nuestras familias”. Dicho de otra forma: hoy firmamos, mañana plantamos, y pasado… esperamos que llueva.
El plan incluye reforestar con especies nativas, construir bordos de regulación, abrir pozos de infiltración y cuidar el suelo como si fuera la caja fuerte del municipio. Sergio Humberto Graf Montero, mandamás de CONAFOR, no se quedó atrás en la metáfora: “El agua no nace en la llave, viene del territorio. Si no cuidamos los ecosistemas, no habrá agua suficiente”. Ahí nomás, para que no se nos olvide que el grifo no es un manantial mágico.
Desde JAPAM, Antonio Pérez Cabrera apuntó que la unión de fuerzas hará que las acciones tengan mayor alcance. “Estamos comprometidos con una gestión responsable del recurso hídrico”, dijo. Traducción: aquí nadie se va a lavar las manos… a menos que primero cuidemos de dónde saldrá esa agua.
El programa se pondrá en marcha en las próximas semanas, justo con la temporada de lluvias, aprovechando que el cielo coopere gratis. Los ejidatarios, lejos de ser espectadores, se arremangarán para ejecutar las acciones. “Esto ayuda no solo a las generaciones actuales, sino a las futuras”, dijo José Román Martínez, presidente del ejido Cerro Gordo, mirando más allá de la próxima cosecha.
Con la meta de aumentar en un 30 % la capacidad de infiltración natural en tres años, esta primera etapa es solo el arranque de un proyecto que, si funciona, podría extenderse a otras zonas del municipio.
“San Juan del Río tiene historia, y también un futuro que cuidar”, cerró Cabrera, dejando claro que aquí el agua es cosa seria… aunque siempre cabe una sonrisa cuando hablamos de vida.
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