¡A jugar se ha dicho! Aprueban reforma el deporte en Querétaro
Por fin alguien miró hacia las canchas de tierra y los balones parchados: el diputado Edgar Inzunza Ballesteros logró que el Congreso de Querétaro aprobara una reforma a la Ley del Deporte para reconocer lo que ya es un secreto a gritos: en este estado se juega con el alma, aunque a veces sin red, sin árbitro y sin respaldo legal.
Durante la más reciente sesión del Pleno de la LXI Legislatura local, se aprobó la iniciativa impulsada por el coordinador del Grupo Legislativo de MORENA, quien defendió con todo su proyecto para reformar y adicionar diversas disposiciones de la Ley del Deporte estatal. ¿El objetivo? Darle forma —y fondo— a una política pública que ponga al deporte popular e infantil en el centro de la cancha.
«El deporte no es sólo para quienes usan cronómetro y licra ajustada», dijo Inzunza, quien subrayó que jugar también es cultura, identidad y, sobre todo, comunidad. Según él —y con razón— en Querétaro se patea el balón en parques, calles, llanos y hasta en terrenos prestados, donde el reglamento se improvisa y el uniforme puede ser una camiseta cualquiera, pero el entusiasmo… ese sí es profesional.
Y aunque las ganas sobran, lo que escasea son los apoyos: sin infraestructura adecuada ni legislación clara, miles de deportistas han tenido que hacerse camino a patadas, literalmente. Por eso, esta reforma reconoce oficialmente dos modalidades que hasta ahora vivían en la sombra: el deporte infantil y el deporte popular.
“Las finales en las comunidades llegan a reunir a más de 2 mil personas, eso es más público que muchos partidos profesionales”, señaló el legislador, refiriéndose a su distrito, San Juan del Río, donde —según sus cuentas— hay al menos dos equipos de fútbol por cada una de sus 84 comunidades.
La reforma, además, incluye un lenguaje incluyente (adiós al “solo ellos juegan”), y promete políticas deportivas accesibles, sostenibles y con sabor local. Con esto, dijo Inzunza, se busca formar generaciones más saludables, resilientes y solidarias.
Y mientras tanto, en alguna cancha de tierra, alguien grita “¡gol!” sin saber que, gracias a esta reforma, por fin el Congreso volteó a verlos.
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