Golpe al robo de hidrocarburos: caen líderes y operadores en operativo nacional

En un despliegue digno de película de acción, el titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), Omar García Harfuch, anunció que la justicia llegó, con todo y cateos simultáneos, para una de las bandas más lucrativas del bajo mundo: una organización dedicada al robo y venta clandestina de hidrocarburos en pleno corazón del país.

El operativo, que involucró a la Fiscalía General de la República, la Guardia Nacional, el Centro Nacional de Inteligencia y otras mentes brillantes del aparato de seguridad nacional, se extendió por la Ciudad de México, Estado de México y Querétaro. ¿El saldo? Nada menos que 32 personas detenidas, seis de siete órdenes de aprehensión cumplidas y una buena cantidad de fierros, cash y hasta animales exóticos bajo resguardo oficial.

Durante seis meses, las autoridades se dieron a la tarea de seguir la pista a esta red de saqueadores de ductos. Gracias a drones, vigilancias fijas, aéreas y muchas horas frente al monitor, se identificó a los cabecillas y sus rutas de escape. El resultado fue una lluvia de cateos que incluyó bodegas, gasolineras, casas y hasta restaurantes de «fachada» donde se escondían pipas, tractocamiones, armas, dinero, droga y más lujo del que cualquier narcoserie podría soñar.

Entre los peces gordos capturados están Sirio Sergio N. y Luis Miguel N., alias «Placo de Oro», a quienes se les atribuye el liderazgo de la organización criminal. Estos personajes coordinaban todo: desde perforaciones en ductos hasta el lavado del combustible en gasolineras ilegales. En Querétaro también cayó Eréndira N., encargada de las finanzas y los tratos oscuros de la célula delictiva.

Pero la cereza del pastel vino desde el norte, cuando tras el hallazgo de un buque con 10 millones de litros de hidrocarburo en Tampico, se siguió el rastro hasta Saltillo, Coahuila. Allí se recuperaron casi 2 millones de litros adicionales y se detuvo a otros 11 integrantes del clan. García Harfuch concluyó asegurando que este golpe es una prueba más del compromiso contra la impunidad y el crimen organizado. El mensaje quedó claro: el que roba gasolina, tarde o temprano, se queda sin tanque ni escape.