¿Y el agua? Que siga cayendo… pero con seguro: San Juan del Río tiene más de 57 mil viviendas aseguradas
Las lluvias no perdonan, pero al menos en San Juan del Río ya no agarran tan desprevenidas a las familias. El presidente municipal, Roberto Cabrera Valencia, reveló que hay una póliza de seguro vigente que protege a 57 mil 455 viviendas del municipio ante cualquier “susto” meteorológico. Y sí, incluye desde inundaciones hasta encharcamientos traicioneros.
“Lo más importante es cuidar el patrimonio de nuestras familias”, dijo el alcalde, mientras explicaba que conseguir la aseguradora no fue enchílame otra: “Nos costó trabajo que le entraran al tema, pero lo logramos”. Eso sí, la póliza aplica solo para quienes pagaron puntual su predial en enero y febrero. Aquí no hay magia, sino buena organización.
Pero no todo es agua y paraguas. El gobierno municipal también se prepara para enfrentar lo que la lluvia dejó en las calles: baches, baches y… más baches. Para eso, se avecina un reacomodo en el presupuesto, porque viene un operativo fuerte de bacheo y reencarpetamiento.
La encargada de Obras Públicas, Edith Álvarez Flores, explicó que ya tienen el mapa de las zonas más maltratadas. Algunas como Pablo Cabrera, Tota Carbajal y Avenida Juárez están en la lista roja y serán las primeras en recibir amor. Eso sí, hay que esperar a que el clima se ponga cooperativo, porque la temporada de lluvias no suelta hasta el 15 de noviembre. Aunque, con suerte, habrá algunos “veranitos” en los que se podrá avanzar.
“Vamos a atacar primero las vialidades principales y luego, poco a poco, las colonias. Queremos cerrar el año con mucha chamba”, dijo Edith. Y de paso, agradeció a los ciudadanos —y a los medios de comunicación— por ayudar a detectar los puntos más críticos. “Tenemos ya una buena lista gracias a ustedes, así que viene lo bueno”.
Y hablando de lluvias, escurrimientos y ríos con malas pulgas, el alcalde también aprovechó para dar cátedra sobre la microcuenca del río San Juan. Al parecer, San Juan está en medio de una red de escurrimientos que vienen desde Amealco y hasta el Estado de México. O sea, si allá llueve, acá se moja.
Durante un recorrido por la presa derivadora Constitución de 1917, Cabrera soltó la bomba: muchas de esas presas están asolvadísimas, con tanta tierra y lodo que ya no cumplen su función como antes. “Hace falta que el gobierno federal le meta mano. Están olvidadas, necesitan inversión urgente”, advirtió.
Mientras tanto, pidió a la ciudadanía estar pendiente de los avisos oficiales y no confiarse cuando el río sube de tono. “Lo más valioso es la vida. Y si ya estamos prevenidos, mejor aún”, cerró el alcalde.
Así que, mientras cae la bendita lluvia, San Juan se sacude el agua, ajusta el presupuesto, y le entra al bacheo con todo… porque aquí, cuando el cielo truena, el municipio responde.
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