Scribe entra en pausa… y no por falta de tinta: trabajadores paran y el caso rebota a la Federación

Ni libretas, ni diálogo fluido. Tras el paro de labores protagonizado por trabajadores de la emblemática empresa Scribe —sí, la que surte los cuadernos de media escuela en México—, la Secretaría del Trabajo del estado alzó la ceja, se acercó… y luego se topó con pared: el asunto es competencia federal.

Liliana San Martín Castillo, titular de la dependencia estatal, explicó que en cuanto se enteraron del paro, su equipo fue directo a la empresa para platicar con los inconformes. “Se dialogó con un grupo de trabajadores y también con los directivos, pero resulta que están representados por un sindicato nacional, así que esto nos queda un poco grande… es de cancha federal”, confesó la funcionaria.

A pesar del límite de su jurisdicción, la Secretaría ofreció poner la mesa —de diálogo, claro— para intentar calmar las aguas. Sin embargo, la empresa optó por arreglar el asunto de tú a tú con el sindicato. “Se quedaron con nuestros datos, por si ocupan algo”, añadió San Martín, como quien dice: aquí estamos, pero sólo si nos llaman.

El quid del enojo, según dejó entrever la funcionaria, estaría en el reparto de utilidades. Y es que, aunque muchos creen que es una prestación fija, la realidad es otra: “Es la única que no se paga igual cada año, depende del reporte de utilidades del año anterior. Si hubo ganancia, hay reparto; si no, a veces se da un bono, y si no hay ni eso… pues ni modo”, explicó con ese tono técnico que no quita lo agridulce.

Eso sí, aclaró que no todas las empresas tienen obligación de compensar si no hay reparto, a menos que lo diga su contrato colectivo. Y ya sabemos: si no está por escrito, es como si no existiera.

Vale recordar que Scribe no es cualquier marca: tiene más de 60 años en el mercado y es la reina de los útiles escolares. Pero esta vez, antes de que vuelva a llenar mochilas, tiene que llenar expectativas de sus trabajadores… o al menos ofrecerles un buen borrador del acuerdo.