Por fin le meten mano al Mercado Juárez
San Juan del Río, Qro. — Después de décadas de resignarse al lodo, al polvo y a los camellones “prehispánicos” de pura tierra, el Mercado Juárez por fin entró en la lista de lugares que merecen maquillaje urbano. El presidente municipal, Roberto Cabrera Valencia, encabezó un recorrido para presumir las obras que —ahora sí— buscan tratar con respeto al comercio tradicional… porque al parecer la dignidad también se construye con adocreto, bancas y luminarias.
“Vale el mercado, valen las familias, vale San Juan del Río… y si vale, pues hay que ponerlo bonito”, declaró el alcalde, recordando que entre tianguis, transporte y gente, este punto es un auténtico corazón económico que llevaba años viviendo en modo “sobreviviente”.
Del lodo al orden — cuando el sentido común llega a la obra pública
El proyecto de Rehabilitación Integral contempla arbolado, bancas, señalización, pasos peatonales y nueva iluminación. El reto será que los sábados, cuando el tianguis se instala a ambos lados del camellón, la modernización no se vuelva carnada para el “ya la rayaron, ya se cuarteó”.
Cabrera puso la vara alta:
“Algo bien hecho no se maltrata”.
Ya veremos el primer sábado.
El alcalde aprovechó para recordar que este punto es la segunda parada más grande de transporte público en San Juan del Río, recibiendo gente que viene diario de Amealco, Hidalgo, Estado de México y hasta Guanajuato. “San Juan es polo regional”, dijo —lo cual siempre cae muy bien al ego colectivo.
Y cuando hay dinero, hasta los camellones se acuerdan que existen
La secretaria de Obras Públicas Municipales, Edith Álvarez Flores, detalló que en total se han invertido 77.73 millones de pesos en siete obras en la zona del Mercado Juárez: desde la reubicación temporal de comerciantes y la rehabilitación del estacionamiento, hasta 7,710 m² de pavimento nuevo, 215 m² de banquetas y la construcción de una cancha.
Eso sí: el mérito financiero no es únicamente municipal.
El 80% del dinero lo puso el Gobierno del Estado, y el municipio cubrió el 20% restante, demostrando que cuando hay voluntad y recurso, lo “obvio” deja de ser promesa y se convierte en obra con cemento real.
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