Querétaro se moja… y ahora hay que saber guardar el agua
Después de más de 15 años de andar con la lengua seca, Querétaro por fin salió de la zona de sequía. Así lo confirmó el director de la Coordinación Estatal de Protección Civil, Javier Amaya Torres, quien ahora tiene otro reto: no ahogarse en la abundancia.
De acuerdo con datos de la CONAGUA —que esta vez no llegaron con retraso—, el estado ya se sacudió oficialmente la etiqueta de “zona seca”. Y con razón: catorce presas están al 100 % y el promedio general de almacenamiento anda por el 87 %. El detalle, como siempre, está en cómo administrar tanta agua sin que se convierta en problema.
“Todavía tenemos temporada de lluvias por delante, así que no hay que ponernos nerviosos si se hacen desfogues controlados”, explicó Amaya, anticipando que más de uno en el campo podría pensar que están tirando agua como si no hubiera mañana. Pero no, todo está bajo control… por ahora.
Esta semana pinta tranquila: lluvias ligeras y nada del otro mundo, al menos en Querétaro. Buen momento para reorganizar el operativo y respirar un poco, luego del aguacero del domingo en San Juan del Río que, afortunadamente, fue atendido sin sobresaltos gracias a la coordinación entre los tres niveles de gobierno. Milagro.
El río San Juan también anda con ánimos, con crecidas desde el viernes debido a las lluvias en el Estado de México. Pero tranquilos: no se ha desbordado, y CONAGUA está haciendo los famosos desfogues “controlados”. Sí, esos que asustan pero que esta vez sí han servido.
Sobre la presa de Zimapán, la cosa está a nada de hervir: ya anda por encima del 95 % y se está vigilando como si fuera olla exprés. “En cuanto CONAGUA diga que hay que alertar, nosotros activamos el plan”, dijo el director, asegurando que ya tienen hasta el albergue listo para dos comunidades cercanas al río Moctezuma, con unos 380 habitantes entre ambas. Por ahora, cero riesgo… pero no canten victoria.
¿Derrumbes? Poquitos. El más serio fue en un camino vecinal de Pinal de Amoles, que se arregló el mismo día. Carreteras federales siguen intactas, al menos hasta el último aguacero.
¿Y las presas repletas? El Carmen, El Pirules, Jesús María, Jalpan, la derivadora de la Cuenca Media… todas ya llenas, pero con desfogues programados para que no haya sorpresas. La Constitución aún aguanta más, por si el cielo sigue siendo generoso.
Finalmente, Javier Amaya recordó que el agua es bendición, sí, pero también puede ser problema si no se cuida. Por eso seguirán alerta, monitoreando y avisando a tiempo. Y claro, pidiéndole a la ciudadanía que no entre en pánico… ni empiece a construir arcas.













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