Más de 70 mil peregrinos rumbo al Tepeyac
Ni el calor, ni las ampollas, ni los pronósticos del clima han detenido a más de 70 mil queretanos —entre hombres, mujeres y hasta ciclistas bien entrenados— que se lanzaron a la aventura espiritual rumbo a la Basílica de Guadalupe. Porque si algo caracteriza a esta tierra, es que la fe se vive a paso firme… y sin pretextos.
Durante la conferencia de prensa para rendir cuentas (porque también se vale agradecer), el secretario de Gobierno del Estado, Eric Gudiño Torres, presumió —con justa razón— que la coordinación entre los tres niveles de gobierno ha sido como reloj suizo. Desde la Sierra hasta el Valle, y de San Juan a la CDMX, no se ha escatimado en cuidado ni en logística para que nadie se quede en el camino, ni siquiera los que olvidaron el bloqueador.
“Querétaro es nuestra casa”, dijo Gudiño con voz de anfitrión, “y aquí todos caminan como en casa… aunque sea con ampollas”. La peregrinación de este año, la número 135, inició como esas historias que nadie planea pero todos repiten: unos queretanos sin lana para el tren, decidieron irse caminando a ver a la Morenita. Y como buena idea que es contagiosa, se les unieron más y más hasta formar este ritual multitudinario que, además de fervor, deja su buena derrama económica y social.
Hasta San Juan del Río ya se contaban 32 mil varones con tenis gastados pero espíritu firme. Se estima que a la Basílica lleguen más de 40 mil, aunque si nos guiamos por la fe (y los tacos del camino), seguramente serán muchos más. A las filas femeninas se han sumado ya 13 mil 700 mujeres, sin contar a las que van rezando y regañando al marido por no llevar el agua. Por si fuera poco, se esperan también unos 5 mil ciclistas, porque la fe también se pedalea.
Con suero, agua y buena vibra
La secretaria de Salud del estado, Martina Pérez Rendón, sacó la libreta de datos y compartió que más de 2 mil 200 atenciones médicas se han brindado, además de casi 47 mil sobres de suero vida oral distribuidos (que han sido más populares que el agua de horchata). También se verificaron y repartieron 85 mil litros de agua potable, porque si algo no puede faltar en esta travesía, es la hidratación… y la fe, claro.
Con 278 elementos de salud en acción, entre curitas, revisiones y bendiciones casi médicas, el operativo ha sido una muestra de que Querétaro sabe caminar, pero también sabe cuidar.
¡Gracias, pero de verdad!
Al cierre, el agradecimiento fue generalizado. Desde el obispo hasta el último caminante, todos reconocieron que las autoridades estatales y municipales se han “fajado” para acompañar esta experiencia de fe. No se trató solo de estar presentes, sino de estar atentos, apoyando desde el inicio hasta el último paso.
Y aunque esta peregrinación es de ida, Querétaro sigue siendo el punto de partida… y el corazón que empuja a miles. Porque aquí, la fe no se delega: se camina, se suda… y se vive con todo.












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