Proponen ley en Querétaro para que la comida no termine en la basura… sino en la mesa de quien la necesita

Porque en Querétaro no se vive solo de buenas intenciones ni de discursos bien servidos, el diputado Edgar Inzunza Ballesteros, coordinador del grupo parlamentario de MORENA, metió cuchara y presentó una iniciativa que podría poner fin a uno de los absurdos más grandes: el desperdicio de comida en un estado donde hay quienes no tienen ni un taco qué llevarse a la boca.

La propuesta, que ingresó por Oficialía de Partes con todo y sazón legislativo, busca crear la Ley para fomentar la Donación Altruista de Alimentos en el estado de Querétaro. ¿La receta? Reducir el desperdicio, incentivar la donación de alimentos en buen estado y garantizar que llegue a quienes más lo necesitan.

Según el legislador, esta ley pretende sentar las bases para que lo que sobra en muchos hogares, tiendas o empresas no termine en la basura, sino en las manos —y estómagos— de quienes enfrentan hambre todos los días. Para ello, se plantea la creación de una Comisión Estatal para Prevenir el Desperdicio de Alimentos, que coordine esfuerzos entre autoridades, sociedad civil y sector privado, como si se tratara de una gran mesa donde todos tienen algo que aportar.

La propuesta no se queda en buenas intenciones. Incluye lineamientos para quienes donan, para quienes reciben, e impulsa la organización de bancos de alimentos en los municipios, además de campañas para que a nadie le dé pena compartir lo que ya no va a consumir.

“El chiste es que la comida no se tire, sino que se reparta con dignidad. Queremos reducir la desnutrición y promover la solidaridad como un ingrediente indispensable en el desarrollo social”, dijo Inzunza Ballesteros, quien no perdió oportunidad de recordar que la inseguridad alimentaria en México afecta a unos 35 millones de personas, según la FAO.

Y por si fuera poco, el diputado también desempolvó la historia de los bancos de alimentos, que desde 2006 se organizan a nivel mundial a través de la Red Global (GFN), una especie de alianza internacional contra el hambre que ya opera en 30 países y que ha demostrado que, con organización y voluntad, el pan sí puede alcanzar para todos.

“La comida no debería ser un privilegio, sino un derecho. Esta iniciativa busca que en Querétaro el hambre no tenga cabida, y que la solidaridad no se quede en las redes sociales, sino en la práctica diaria”, concluyó el legislador, dejando en claro que aquí, más que legislar, se trata de hacer justicia… con sabor.