Tres menores bajo resguardo del DIF por violencia familiar; intolerable seguir normalizando el maltrato infantil

Tres niños —de apenas ocho, dos y un año de edad— fueron rescatados por la Procuraduría de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes, tras ser víctimas de violencia familiar en San Juan del Río. El caso, que ocurrió el pasado 26 de mayo, encendió una vez más las alarmas sobre la brutalidad que, lamentablemente, algunos infantes siguen sufriendo en sus propios hogares.

Manuel Hernández Rodríguez, procurador del área, confirmó que los menores fueron ingresados al albergue Carmelita Ballesteros, donde actualmente reciben atención médica, psicológica y cuidados integrales. De acuerdo con el funcionario, dos de los pequeños presentaban lesiones físicas al momento de su ingreso.

Resulta inaceptable que a estas alturas aún haya adultos que crean tener derecho a dañar a una niña o un niño. No existe justificación alguna para ejercer violencia contra menores, y quien lo hace debe enfrentar todo el peso de la ley.

“La prioridad es reintegrarlos con un familiar que no esté implicado en la investigación”, explicó Hernández Rodríguez, agregando que ya se iniciaron las valoraciones psicológicas y de trabajo social necesarias. Sin embargo, el proceso no puede ni debe detenerse ahí: la justicia debe actuar con contundencia contra quien haya infligido cualquier tipo de daño a estos menores.

La Procuraduría trabaja en coordinación con la Fiscalía General del Estado para esclarecer el caso. No obstante, este tipo de situaciones no deben seguir tratándose como meros procedimientos burocráticos. Lo que está en juego son vidas inocentes, infancias que ya han sido heridas por quienes tenían la obligación de protegerlas.

Institucionalizar no es la solución permanente. Pero mucho menos lo es mirar hacia otro lado mientras se perpetúa el ciclo de violencia. Urge voluntad, castigo ejemplar y, sobre todo, compromiso real con el bienestar de la niñez.