Migrantes van, migrantes vienen… y San Juan del Río se mantiene en guardia

El presidente municipal Roberto Cabrera Valencia no dejó pasar la mañana sin reunirse con autoridades del Instituto Nacional de Migración (INM), en un encuentro que más que formalidad, dejó claro que San Juan del Río es paso obligado… y a veces, también punto de llegada, para quienes persiguen el sueño americano (o quizá, se enamoran del sueño sanjuanense).

“Ya no sé si muchos se van al norte o se nos quedan aquí”, soltó entre risas el alcalde, al explicar que el municipio no solo recibe a connacionales repatriados, sino también a migrantes de otros países que —por azares del destino o cansancio de camino— optan por quedarse.

Pero no todo es color de rosa. Cabrera fue claro: quienes vienen a trabajar y aportar, son bienvenidos. Quienes vienen a portarse mal, “los ponemos a disposición de las autoridades para que sean repatriados rapidito. Las personas no ingratas, como decimos”, recalcó con ese toque campechano que lo caracteriza.

En la reunión participaron regidoras, regidores, el DIF municipal, Seguridad Pública y hasta la sindicatura, en lo que él mismo llamó “un engranaje de colaboración” con el INM. Todo con el fin de mejorar la atención a migrantes y actuar en casos sensibles, como el de tres menores deportados la semana pasada, uno de ellos originario del municipio.

“Si la familia necesita ayuda, se vincula directamente con la Procuraduría y el DIF. Aquí no lavamos manos, aquí nos arremangamos”, dijo el edil, dejando claro que cuando se trata de infancia, la burocracia no se asoma.

En números, la cosa también se mueve: en lo que va del año, más de 400 queretanos han sido repatriados, y San Juan del Río ha dado la bienvenida a varios de ellos. El porcentaje estatal subió de 1.3 % a 1.9 % del total nacional, lo que —admitió— puede marcar tendencia.

Así, entre quienes cruzan, quienes regresan y quienes se quedan “a ver si encuentran el sueño mexicano”, San Juan del Río sigue siendo cruce de caminos… pero con vigilancia, atención y un poquito de picardía local.